servicios de edición y corrección,
habilidades y recursos relacionados con el lenguaje,
redacción de contenidos,
asesoría lingüística.
KÓSMOS LINGUAE, la música de las palabras
Si su propósito es escribir un relato, le recomiendo que durante un tiempo no piense en otra cosa y que, antes de ponerla sobre el papel, deje que cada frase ronde por su cabeza durante un par de días, para que adquiera su forma adecuada. En realidad, yo mismo soy demasiado perezoso para atenerme a esa regla, pero se la recomiendo fervientemente, pues he experimentado muchas veces sus efectos beneficiosos y sé que los manuscritos de todos los auténticos maestros han sido emborronados de arriba abajo, desgastados y cubiertos de añadidos que a su vez están llenos de tachaduras y correcciones.
Si su propósito es escribir un relato, le recomiendo que durante un tiempo no piense en otra cosa y que, antes de ponerla sobre el papel, deje que cada frase ronde por su cabeza durante un par de días, para que adquiera su forma adecuada. Soy demasiado perezoso para atenerme a esa regla, pero se la recomiendo fervientemente, y sé que los manuscritos de todos los auténticos maestros han sido emborronados de arriba abajo, desgastados y cubiertos de añadidos que a su vez están llenos de tachaduras y correcciones.
Antón Chéjov
carta a Aleksandr Lázarev-Gruzinski, 1890
escribir es reescribir
Ya lo dijo Flaubert. Eso o algo parecido. Escribir es limpiar el texto de pequeñas imperfecciones y dar con le mot juste, la palabra justa.
Para eso estamos los profesionales del lenguaje, trabajando en la sombra, invisibles pero también imprescindibles. Acompañándote en el momento definitivo de la creación, cuando la obra ya está escrita pero necesita alguien que la lea con nuevos ojos, alguien que se sumerja en ella por primera vez.
Quizá solo falte dar cohesión y claridad a tu manuscrito, ordenar su estructura, detectar los términos redundantes, las imprecisiones léxicas y los problemas de concordancia… y estar muy atentos al ritmo, al ritmo con el que se mueven las frases. Casi todo en esta vida, si no todo, es cuestión de ritmo.
El lenguaje hace que nos comuniquemos de la manera más precisa, más fecunda; en definitiva, que nos entendamos unos a otros. Es una de las creaciones humanas más versátiles y poderosas. Mi trabajo como corrector de originales consiste precisamente en detectar esos problemas que el autor o la autora ha pasado por alto durante el proceso de escritura y que pueden dificultar que la obra llegue a sus lectores potenciales. Por eso, antes de que pueda alzar el vuelo e inicie su particular viaje por el mundo, es imprescindible cuidar el más mínimo detalle y adecuar cualquier manuscrito a los estándares de publicación. Novelas, ensayos, cuentos, poemas, cómics, cualquier libro ansioso por ver la luz es aquí bienvenido.
una labor invisible
Y a mí casi ni se me ve. Paso de puntillas sobre el texto y no toco ni una coma si no es necesario. Estructuro, combino, selecciono, juego con todas las posibilidades que ofrece el idioma, pero respetando siempre el estilo del autor y el sentido que ha querido dar a su obra.
Pero mi experiencia no se limita solo a corregir textos. También hago informes de lectura, editing, redacción de contenidos y asesoría en todos los temas relacionados con la edición. Y, en la medida de lo posible, intento resolver todas las dudas filosóficas y existenciales que se van presentando por el camino.
He tenido una suerte inmensa: desde que tengo uso de razón, y quizá desde antes, he ido con un libro debajo del brazo y he dejado sin punta miles de lápices. He leído y releído en el metro o el autobús, en la cama, en la terraza de un bar, de pie, sentado, a todas horas.
Ese tumultuoso amor por las palabras, esa búsqueda incansable de fluidez y exactitud me ha proporcionado un conjunto de habilidades y recursos relacionados con el lenguaje que, finalmente, han acabado dando forma a mi profesión. Y han ayudado también a que autores y lectores puedan reencontrarse y compartir un momento de intimidad a través de ese milagro impreso que es un libro.